Hotel
Un hotel con mucha historia
Hotel Doña Manuela abrió sus puertas en el año 2005, fruto del trabajo y esfuerzo diario de una pequeña familia.
Con apenas 20 añitos, Manuel y Ramoni, tuvieron que emigrar en busca de trabajo y durante unos años lo hicieron en empresas de hostelería en Suiza y Alemania. Pasados unos años, decidieron regresar a España, formar su propia familia y emprender en su propia empresa aplicando todo lo que habían aprendido, por eso además de este pequeño hotel, tienen otros negocios de hostelería.
Con el paso del tiempo decidieron poner en marcha su mayor proyecto en Daimiel, un lugar turístico con un enclave perfecto, que estaba falto de un hotel con encanto, que cuidara los detalles y mimara a sus clientes por encima de todo. Y el 22 de Octubre de 2005, por fin abrió sus puertas, haciendo un sueño hecho realidad.
¿Y por qué Doña Manuela? En memoria de la abuela materna, que vio comenzar el proyecto, pero no lo pudo ver terminado.
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Estos hermanos se esfuerzan a diario para dar el mejor de los servicios a sus huéspedes. Son el alma del hotel.
Están al frente del restaurante Doña Manuela. Su pasión es la cocina, y eso se nota en sus platos, donde combinan a la perfección recetas tradicionales, con platos vanguardistas.
Son un pilar fundamental para nosotros, y son las que hacen posible que te sientas como en casa. Gracias a su trabajo y esfuerzo, tenemos una limpieza, muy valorada y reconocida por nuestros clientes.
Son quienes representan la esencia del hotel, quienes te ayudan ante cualquier duda, los que te reciben a la llegada con una sonrisa, y te despiden a la salida, con otra sonrisa más grande.
Encantadoras y profesionales que harán de vuestras veladas, una experiencia gastronómica muy especial.
Todos y cada uno de nosotros, queremos formar parte de tu viaje, donde descansar, disfrutar y desconectar es lo que buscas, en un espacio creado para soñar.
A escasos 17 minutos de las Tablas de Daimiel se encuentra nuestro hotel. Un alojamiento con mucho estilo, historia y comodidad. Además colaboramos en la organización de visitas a nuestro Parque Nacional. ¿Te apuntas?
El mejor momento para visitar Las Tablas de Daimiel depende de lo que busques en tu experiencia. Si quieres disfrutar del parque en su máximo esplendor, te recomendaría ir en primavera, especialmente entre marzo y mayo. Durante esta temporada, el agua es abundante y la flora está en su punto más vibrante, creando un espectáculo natural impresionante. Además, es un excelente momento para observar aves migratorias que encuentran en las tablas un lugar de descanso y alimentación. Otra buena época es el otoño, cuando las temperaturas son más suaves y los colores otoñales transforman el paisaje en un mosaico de tonos cálidos. En verano, aunque las temperaturas pueden ser altas, las primeras horas de la mañana ofrecen una experiencia tranquila y menos concurrida. El invierno tiene su propio encanto, con menos visitantes y una atmósfera serena, aunque es posible que encuentres menos agua en las tablas.
El tiempo que se tarda en recorrer Las Tablas de Daimiel puede variar según la ruta que elijas y tu ritmo de exploración. Existen varias rutas bien señalizadas dentro del parque, siendo las más populares la ruta de la Isla del Pan y la ruta de la Laguna Permanente. La ruta de la Isla del Pan es una de las más accesibles y se puede recorrer en aproximadamente una hora y media a dos horas, dependiendo de cuánto te detengas para observar la fauna y tomar fotografías. La ruta de la Laguna Permanente es un poco más larga y puede llevarte alrededor de dos a tres horas. Si eres un apasionado de la naturaleza y disfrutas de la observación de aves, es probable que te tomes más tiempo en cada recorrido, ya que hay muchos puntos de observación donde puedes detenerte a disfrutar del entorno.
Las Tablas de Daimiel han enfrentado diversos desafíos a lo largo de los años, principalmente relacionados con la gestión del agua. Este humedal único, que depende del equilibrio entre las aguas superficiales y subterráneas, ha sufrido periodos de sequía y sobreexplotación del acuífero que lo alimenta. A lo largo de las últimas décadas, se han implementado varias medidas de conservación y recuperación para restaurar su ecosistema. Por ejemplo, se han llevado a cabo proyectos de recarga artificial de agua y se han tomado acciones para controlar la extracción de agua subterránea en la región. Aunque todavía enfrenta desafíos, el parque ha mostrado signos de recuperación gracias a estos esfuerzos, y continúa siendo un hábitat crucial para muchas especies de aves y una joya natural de España.
Las Tablas de Daimiel son especiales por muchas razones. Este parque nacional es uno de los últimos ejemplos de ecosistemas de tablas fluviales en Europa, donde la combinación de aguas fluviales y subterráneas crea un humedal único y dinámico. Es un lugar de gran importancia para la biodiversidad, ya que alberga una rica variedad de fauna y flora. Las aves acuáticas encuentran en Las Tablas de Daimiel un hábitat ideal, y es posible observar especies como el somormujo lavanco, el ánade real y la garza imperial. Además, el parque ofrece una experiencia educativa y recreativa única. Los visitantes pueden disfrutar de paseos tranquilos por sus pasarelas de madera, participar en actividades guiadas y aprender sobre la importancia de la conservación de los humedales. La belleza escénica del lugar, con sus extensas lagunas y su vegetación ribereña, lo convierte en un destino imperdible para los amantes de la naturaleza y la fotografía.
Nuestro compromiso